LOS LOBOS DE LA MUERTE. María Quintana

 Una noche estábamos Alicia, Guillermo y yo dando vueltas. De repente oímos un ruido que venía del bosque. Miramos y vimos a las mayores. Les saludamos y nada, de repente se empezó a destruir lo que pensábamos que eran las mayores. Pero eran un montón de lobos juntos. Empezamos a correr a casa de Daniela. Le contamos lo que había pasado y Ester puso la cerradura de seguridad.

Estábamos esperando a mi madre a Virginia y a Clara. A la hora, Clara vino, pero Virginia y mi madre no. Todos temíamos lo peor, de que habían muerto. Al día siguiente llamamos a la policía. Les contamos todo y soltaron a los perros por detrás de las casas.

De repente vimos que se acercaba un ciclista muy herido. Nos dijo que había sido atacado por los lobos. Dio cinco pasos y murió. Después, vinieron los perros heridos.

Esta vez fuimos a mi casa. Ester dormía en una habitación Clara, Alicia y Guillermo en otra y Daniela conmigo, en mi habitación. Al día siguiente me desperté y vi  la habitación con sangre. Daniela estaba muerta y los demás también. Yo tenía heridas; fui  a salir de la habitación, de repente, noté unas zarpas en mi pierna. Era uno de los lobos.

Cogí un cuchillo de mi escritorio. Le hice heridas al lobo y finalmente lo maté. Lo enterré en el bosque. Saltó un lobo más grande a mi cara. Yo no veía nada.   Le clave cuchillo y se soltó de mi, muerto. Pero al segundo yo caí de la ventana muerta.

Entre sudores desperte de repente en mi cama. Todo había sido una pesadilla.

Encendí la luz y oí un aullido lejano…




MARIA QUINTANA                                                                                             

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